Resolución de la Secretaría Confederal de Estudiantes

Miércoles 4 de marzo de 2015, por Jesús

Construir poder popular en los centros de estudio, avanzar en la construcción de un movimiento estudiantil organizado.

Resolución de la Secretaría Confederal de Estudiantes para el II Congreso de Izquierda Anticapitalista

Esta resolución fue aprobada por consenso en la SCE de Izquierda Anticapitalista con la intención que esta pueda ser debatida en los órganos correspondientes de la organización e introducida en los textos del Congreso.

Introducción.

El movimiento estudiantil no es ajeno a la coyuntura histórica. La crisis capitalista, en el caso específico del Estado español encuentra una concreción relativa a la crisis de régimen y de sus estructuras que se escenifica en fuertes políticas de recorte a las instituciones –que como la universitaria o la enseñanza en general- que la ciudadanía considera como propias. Sin embargo, la situación de reflujo lento y continuado a la que asiste el movimiento estudiantil entronca con dos fenómenos específicos del mundo universitario: la permanencia de organizaciones estudiantiles con distintos formatos que tienden a agrupar el activismo de las universidades (y en menor medida en institutos) y al mismo tiempo un retroceso notable del movimiento educativo o “marea verde”, que tras el duro golpe de la aprobación de la LOMCE y la implantación de parte de las reformas contenidas en la Estrategia Universidad 2015 no consigue retomar el pulso a la movilización a pesar de los intentos de oposición desde distintas áreas políticas. Como el anticapitalismo no es de rendirse ante las adversidades, creemos que la recuperación de la educación pública y la interacción del movimiento estudiantil con los procesos constituyentes y de cambio social que puedan abrirse a medio plazo, sumado a las dinámicas de conflicto local y de mejora inmediata de las condiciones de vida y estudio, son un elemento central a la hora de configurar una apuesta sólida, deconstrucción del movimiento y de socialización del debate sobre la universidad que deseamos para rechazar la universidad que nos han dejado años de reformas en clave neoliberal y salvajes recortes –presupuestarios y de derechos- al bienestar del estudiantado y la comunidad educativa. Para ello, en esta resolución recogemos un elenco de puntos en clave táctica que podrán ser desarrollados en los próximos tiempos para vehicular la movilización estudiantil y su organización. Postulados políticos: 1. Inscripción los procesos de movilización estudiantil en el marco del proceso constituyente para continuar la resistencia a la contrarreforma neoliberal y para iniciar razonamiento complejo y sostenido sobre la educación que queremos. En este sentido, es clave evaluar los acontecimientos políticos y ver sus desarrollos en el mundo educativo, siendo conscientes de que la universidad es objeto, ya desde antes de los inicios de la crisis en 2008, de un ataque en clave mercantilizadora que expresa una nueva forma de acumulación capitalista, ante todo al conocimiento y la investigación, así como el expolio permanente por parte de empresas a los recursos dela institución universitaria al mismo tiempo que la deuda sigue asfixiando la gestión de 1 las universidades. Además, esta lógica también es la que está detrás de reformas en las enseñanzas medias como la LOMCE. Todo ello responde a una intención de satisfacer a un mercado laboral necesitado de mano de obra precaria sometiendo lo público y lo común al interés privado. Por ello, replantear en términos de aportación teórica la agregación de reivindicaciones a los espacios que puedan abrirse en el marco de los procesos constituyentes es más necesario que nunca, siendo conscientes de que tanto los movimientos sociales como Podemos serán actores fundamentales para ello. 2. Sedimentar las experiencias de movilización a partir de proyectos concretos en las realidades en las que nos movemos: amplitud, agregación y pluralidad a partir de la cotidianidad del estudiantado. En este sentido, se trata de que toda experiencia desmovilización desde abajo, como por ejemplo las surgidas a partir de la transformación de los círculos de Podemos estudiantes, tengan por objetivo desempeñar un rol en dos dimensiones: defensivo respecto al programa sindical que venimos concretando desde hace varios cursos y también ofensivo para reconstruir el movimiento, haciendo que estas experiencias conformen parte de la base de la agitación cotidiana en facultades. 3. Construcción de poder estudiantil en los centros de enseñanza. Articulación de luchas y alianzas con trabajadores. Reapropiación y autogestión de espacios. No es cuestión de asemejar la construcción de “poder estudiantil” a la del “poder popular” pero si la decrear condiciones para que el estudiantado pueda acumular cuotas de gestión a través de mecanismos como la reapropiación y autogestión de espacios y la creación de lazos sólidos con las trabajadoras, reforzando así mismo el bienestar y la materialidad del estudiantado. Poder estudiantil es crear un movimiento con capacidad de crear consenso y meter miedo a las élites. 4. Avanzar hacia una potencial construcción de movimiento estudiantil de masas y autoorganizado que eche raíces y con capacidad de enlazar con otros movimientos sociales. Para ello, trascender las universidades es fundamental y hacer de los conflictos metropolitanos una pata más de la relación del movimiento estudiantil con la ciudadanía y sus demandas, por ejemplo los derechos sociales: vivienda, transporte,servicios... Un movimiento estudiantil que se relacione con el resto de luchas, lo cual nos permite politizarlo más allá de su realidad inmediata e insertarlo en un marco más amplio del movimiento político. 5. Dar respuesta a los problemas comunes de la juventud: carestía de la vivienda, ocio privatizado y precios del transporte. Precariedad dentro y fuera de las facultades. Asumir la lucha contra la precariedad como estudiantes precarios, que sufren este fenómeno dentro y a fuera del campus significa asumir una dimensión apenas explorada pero pronta para politizar por las condiciones de subempleo que afecta a una parte de estudiantes. En este sentido, la solidaridad y la cooperación entre iguales es un factor clave incluso en términos sindicales. 6. Dinámica sindical para las reivindicaciones inmediatas: cuestiones sindicales en facultades, derechos asociados como estudiantes y autogestión de recursos comunes que desempeñen una función neta para el “bienestar estudiantil”. Este trabajo lo venimos realizando desde hace años y consta de un seguimiento notable así como efectivo de cara al impulso de la movilización y construcción de un programa de reivindicaciones más amplias que permita poner las bases de la movilización. Al menos 2 el fraccionamiento del pago de las matrículas y el B1 gratuito son dos ejemplos de conquistas clave en el desarrollo de nuestro programa sindical. 7. Mujer y mundo de la educación: construir igualdad a través del feminismo también en los sujetos en los que intervenimos y en el movimiento estudiantil. No por estar en esta posición es menos relevante. La presencia de actitudes sexistas y constitución de dinámicas micro machistas y hetero-normativas en los espacios de movimiento no tienen cabida para las anticapitalistas, por ello, creemos que el feminismo y su aplicación es clave a través de comisiones/grupos, campañas feministas articuladas desde la base y visibilización mediante la denuncia de acoso a las mujeres en la universidad. 8. Necesidad de avanzar en la coordinación permanente del movimiento y sus estructuras. No obstante, el formato que adquiera dicha coordinación dependerá de las distintas circunstancias que se expresen en los procesos y periodos. El objetivo estratégico debe ser el de crear las bases para concretar en el corto periodo la apuesta por la construcción de una organización estudiantil de carácter estatal, avanzando mediante la coordinación efectiva a partir de campañas y convocatorias concretas mediante un formato de “confederalidad” de organizaciones estudiantiles. Lo escrito no dejaría de implicar la necesidad de impulsar un movimiento educativo fuerte, independiente y con una coordinación estatal que nos permita golpear con fuerza para conseguir victorias. En este sentido, la creación de una organización estudiantil estatal tendría la función de acompañar e impulsar al movimiento. Para finalizar, entendemos que estas medidas tácticas responden a un objetivo estratégico que implica la recuperación de una educación pública gratuita y bajo control social, asumiendo el producto de los debates en el seno del movimiento sobre la caracterización de la universidad que queremos, como por ejemplo, su democratización y puesta al servicio de la ciudadanía, la participación estudiantil en sus órganos, la democratización de sus estructuras de gobierno y la expulsión de las élites universitarias que han conducido a la crisis de esta y a su expolio en connivencia con entidades empresariales privadas, paralelamente a un análisis similar sobre la educación no universitaria. Construir la universidad y la educación que deseamos mientras recuperamos y ampliamos los derechos arrebatados y conquistamos la democracia socialista.

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