Resolución de OKDE-Spartakos de coyuntura política tras las elecciones

Jueves 24 de julio de 2014, por Mar

OKDE-Spartakos, organización de ANTARSYA, sección griega de la IV Internacional

Polarización social y política

A pesar de las inevitables distorsiones con que se reflejan en las urnas las correlaciones sociales y fenómenos, las elecciones de Mayo señalan claramente la cada vez más agudizada polarización social entre capital y trabajo. Al mismo tiempo se consolida una geografía política con dos extremos hinchados cerca del 40%, la izquierda y la derecha, y un enfermizo e inestable centro. La polarización social no se traduce directamente en la política. Ciertamente la izquierda registra los mayores porcentajes de apoyo en los asalariados, los pequeños empresarios y desempleados, mientras el bloque gubernamental y principalmente Nueva Democracia, tienen la primacía en la burguesía, los empresarios, pero también un importante sector de las clases medias y bajas rurales.

Los barrios obreros y populares que tradicionalmente pertenecieron tradicionalmente a PASOK han pasado a SYRIZA. Las clases medias vienen en ruptura con el bloque del gobierno y el partido de izquierda se convierte por poco en el primero entre ellas. Los jóvenes y los parados de larga duración votan a la izquierda mientras los mayores, en quienes sobreviven todavía algunos vínculos con el sistema político anterior a la crisis, más hacia la derecha.

Sin embargo aparece por otra parte una polarización política incluso más marcada en las regiones obreras y populares: los porcentajes más elevados de la izquierda son correlativos con el apoyo más alto a Amanecer Dorado, y en un porcentaje menor a ANEL (Griegos Independientes, derecha nacionalista). Amanecer Dorado registra sus porcentajes más bajos en los asalariados y en los lugares de trabajo organizados, y los mayores en empresarios y hombres de negocios. Sin embargo concentra también a los jóvenes desempleados y a sectores populares, demostrando que consigue desviar el enfado y la desilusión de una parte de las clases populares en una dirección reaccionaria de odio al inmigrante, a la izquierda y en general al diferente o al más débil desde una perspectiva de clase.

La característica principal del paisaje político actual es la continua crisis del sistema político burgués, y principalmente la descomposición del bloque gubernamental. A lo largo de dos años el gobierno (incluida DIMAR, Izquierda Democrática) ha perdido más de 15 puntos. Esta crisis se condensa en particular en el PASOK, que celebra de manera cómica que bajo el nombre de El Olivo logró perder sólo un tercio de su fuerza.

El PASOK se ha derrumbado del 40% al 8% en 5 años debido a que precisamente se ha derrumbado su compromiso social concreto (siempre bajo el dominio de los intereses de clase del capital) en el que se apoyaba su poder durante décadas. La clase obrera lo abandonó masivamente, viendo ya que el PASOK no está dispuesto a hacer la mínima concesión a los trabajadores en relación con ND.

La mayor masa de votantes y ex miembros del PASOK, de modo inestable y con vagas aspiraciones, se mueven hacia la izquierda, aunque una parte disuelta política y socialmente gira a la extrema derecha. Nueva Democracia, por el contrario, alimenta principalmente a Amanecer Dorado, aunque también hay votantes que se mueven, con vacilaciones y ritmos más lentos, hacia la izquierda. Es la primera opción de la burguesía griega y de sus aliados europeos. Tiene una funcionalidad de clase más clara que el PASOK y es seguro que seguirá siendo el principal centro político del capital en el próximo período. Por esta razón, a pesar de la caída de 7 puntos, ND no se derrumba. Sus perspectivas a medio plazo son nefastas y la burguesía está obligada a buscar vehículos alternativos.

Las formas híbridas que imposibilitan incorporarse con claridad en los polos políticos se volatilizan. El hacha cayó esta vez sobre el oportunismo de DIMAR (Izquierda Democrática), que parece que traduce el mensaje electoral en que hay que girar a la derecha con la incorporación definitiva de su mayoría de centro-izquierda.

ANEL (Griegos Independientes, derecha nacionalista) sobreviven con gran dificultad, viendo al sector de la burguesía que los apoyaba volver a Nueva Democracia y su base popular ser arrastrada por Amanecer Dorado. El Río, a pesar de que registró un buen porcentaje, no consiguió su misión, que era convertirse en el tercer partido. El futuro del recién nacido proyecto de centro-izquierda neoliberal es más que incierto.

Un aspecto particular de la crisis política, de la crisis de los partidos burgueses y de la polarización social, es la victoria del minoritario Partido de la Igualdad, de la Paz y de la Amistad en Ródope y Xanthi y la toma de bastantes municipios por sus candidatos. La sumisión de la minoría de la región de Tracia a los partidos del poder, sobre todo al PASOK, ha estallado, y la cuestión de la minoría aparece de nuevo de forma explosiva en el mapa político. La represión histórica y sistemática que ejerce el estado griego sobre los grupos étnicos turcos, pomacos y gitanos de Tracia ya no puede quedar inadvertida, a pesar del ansioso esfuerzo de los medios de comunicación y del gobierno de silenciarlos y a pesar de la indiferencia de la izquierda parlamentaria. No es posible una intervención política sustancial en Tracia si se ignora lo que vota la población musulmana y sin posiciones claras en la defensa de sus derechos.

Está claro que el sistema no se desestabiliza a pesar de las declaraciones europeas y del gobierno de todo tipo en sentido contrario. La brecha que abrió la crisis y los grandes conflictos de clase, a pesar del relativo estancamiento de las luchas obreras y sociales en los últimos dos años, está lejos de haberse cerrado.

La situación política actual no puede resolverse sin grandes enfrentamientos políticos y sociales entre el bloque burgués de poder y el movimiento obrero y popular organizado. Por lo tanto, las premisas políticas de la estrategia ofensiva elegida por la izquierda anticapitalista y revolucionaria en el período después de la aplicación de los memorándums son válidas también hoy. En primer lugar sigue siendo una necesidad importante el desarrollo de un movimiento de derrocamiento y de levantamiento popular y obrero que derribe al gobierno de coalición Samaras-Venizelos, dando de hecho respuesta a las falsas ilusiones que alimenta el lema “El 25 votamos, el 26 se van”.

Fuerzas y límites de la izquierda

La victoria de SYRIZA en las pasadas elecciones europeas, pero también en bastantes municipios en la región del Ática, tiene una gran importancia simbólica, sobre todo porque desalienta a la burguesía e intensifica la crisis política. Al mismo tiempo, la rápida socialdemocratización de SYRIZA y el buen clima de encuentros con SEB (la patronal griega), a pesar de que muestran que una parte de la burguesía confiaría en SYRIZA, no son garantías suficientes para el capital.

A diferencia del PASOK de la década de los 80, SYRIZA no está en posición de controlar política y organizativamente los sindicatos, lo que la hace menos atrayente como posible herramienta de control de clase en manos de la burguesía. Y naturalmente, ésta no tiene ningún motivo de aceptarla mientras la presión de los movimientos siga siendo pequeña. El capital no dio la bienvenida al primer puesto de SYRIZA, y mucho menos a la reducción de la fuerza electoral del gobierno.

Sin embargo, ni las inmediatas consecuencias políticas ni la dinámica aparentemente subversiva del predominio de SYRIZA en las elecciones europeas deben subestimarse. En primer lugar, el gobierno no afronta problemas de estabilidad ya que dispone de bastantes diputados y con la posibilidad de ampliación gracias al grupo de los independientes. Aunque es un hecho sin precedentes que un gobierno sólo obtenga un tercio de los eurodiputados, el resultado de las elecciones no es tal como para crearle un problema de supervivencia. El 25 de Mayo votamos pero el 26 no se fueron: el lema central de campaña de SYRIZA fue más bien un chantaje electoral para concentrar todo el voto antigubernamental más que un proyecto real. El consuelo que busca Nueva Democracia en el hecho de que SYRIZA la adelantó sin aumento de votos ni porcentaje es de risa. Sin embargo, es cierto que no se conformó un flujo masivo hacia la izquierda, y en cualquier caso, el pequeño ascenso de este voto no se dirigió a SYRYZA, sino al KKE y a ANTARSYA.

La pérdida de confianza de las capas medias en los partidos del gobierno no va en bloque a la izquierda, sino que presenta características de fragmentación irregular, reforzando también a la extrema derecha y permitiendo la reconstrucción del centro. Por lo tanto el resultado de las elecciones no puede describirse como de “giro a la izquierda”.

La responsabilidad política que tienen para el conjunto de la izquierda las direcciones de KKE y SYRIZA por retrasar la movilización social es enorme. El verano pasado el movimiento obrero tuvo la oportunidad, por medio de la intensificación de las luchas, de derribar al gobierno de coalición. La decisión de los profesores de ir a la huelga en Mayo, la ocupación de la ERT (radiotelevisión griega) por parte de los trabajadores, la segunda huelga de profesores y el estallido del movimiento antifascista tras el asesinato de Pablos Fyssas, que dio la oportunidad de vincular el antifascismo y la indignación obrera, crearon una mezcla social explosiva para Samaras y Venizelos. Sin embargo la opción por la espera electoral que ha tenido y tiene la dirección de SYRIZA, junto con la negativa a intensificar la lucha para que no se beneficie SYRIZA que sigue la dirección del KKE, permitieron a la burocracia sindical de GSEE y ADEDY debilitar las luchas. Las repetidas huelgas generales que necesitaba la ERT no llegaron, la respuesta obrera antifascista que necesitaba el movimiento no implicó a los sindicatos.

Por eso la polarización política es muy intensa pero aumenta a ritmos muy moderados en el último período. Esto muestra también los límites del entusiasmo que provoca en los trabajadores y oprimidos el componente dominante de la izquierda y su proyecto. SYRIZA fue votada en las elecciones europeas y en la región del Ática, es decir, en aquellos enfrentamientos electorales que se destacaban como más “centrados”, pero no arrastró a la gente con el lema “tres urnas, un voto”.

Aunque ganó en la región más grande, perdió 11 de 13 y en sólo dos se encontró en la segunda vuelta. Mientras allí ganó en muchos municipios, en otras partes su presencia en las elecciones municipales fue muy mediocre. Por supuesto este fenómeno guarda relación con la supervivencia de las relaciones comerciales con los gobiernos locales, que tomaron un nuevo impulso con la adjudicación de la gestión de la patronal.

A nivel local, el sistema político presenta mayores resistencias que a nivel estatal. Pero esto no basta para explicar la asimetría de los resultados electorales de SYRIZA. Está claro que el voto a SYRIZA es para una gran parte de las clases populares que la apoyan un voto del mal menor, y no mucho más que una herramienta para hacer que caiga el gobierno.

Las expectativas son reducidas y el voto no se traduce en una militancia activa como sucedía en el período anterior a las elecciones. La misma persona que elige a SYRIZA para el gobierno del país puede que en las regiones, en su ciudad, su sindicato o asociación estudiantil apoye o se movilice por el KKE o por la izquierda anticapitalista. Esto significa que el apoyo de la clase obrera y de los oprimidos a SYRIZA no está cerrado con llave, la conciencia todavía es fluida y cambiante y las posibilidades para la izquierda anticapitalista todavía son muy grandes.

El KKE parece satisfecho con la pequeña recuperación parcial de los votos perdidos en Junio de 2012 (del 4,5% sube al 6%, pero muy por detrás del 8’5% de Mayo de 2012) y la conquista de 4 municipios. El aguante relativo del KKE, a pesar del derrotismo, sectarismo y política aislacionista de su dirección, muestra que sigue teniendo importantes raíces populares. Si se cuentan los muy bajos resultados en las regionales, donde la presión de SYRIZA era mucho menor, el optimismo no parece justificado.

En cualquier caso, la izquierda ha sido capaz de controlar dos regiones y bastantes municipios. Esto acarreará de todas formas grandes presiones de adaptación política a través de la gestión a nivel local. La izquierda anticapitalista, conservando el derecho a apoyar cualquier medida progresista adoptada por los gobiernos de izquierda municipales o regionales, y aunque en muchas ocasiones pidió el voto crítico para la izquierda reformista en la segunda vuelta, no tomará responsabilidad política ni se comprometerá a priori con ninguna alcaldía.

Amanecer Dorado

El ascenso de Amanecer Dorado como tercer partido, aunque esperado y conocido por las encuestas en los últimos años, es un fenómeno que necesita un tratamiento radical e inmediato. La corriente neonazi es ya profunda en la sociedad, expresando la ira y venganza de los sectores que ven que su fuerza económica se destruye y sus vínculos con el poder y representaciones políticas tradicionales se reducen, pero sus tradiciones conservadoras y situación individualizada no les permite girar a la izquierda.

Sociológicamente Amanecer Dorado representa una alianza de empresarios de todos los niveles con desempleados arruinados. Pone énfasis más en las edades medias y en ese sector de la juventud que abandona la educación primaria y permanece fuera de la universidad en los barrios populares más que en los ricos. Desde este punto de vista es el agente del capital en los sectores pequeño-burgueses y populares.

Está claro que las persecuciones que se vio obligado a poner en marcha el gobierno contra los nazis, a pesar de que fueron un duro golpe para Amanecer Dorado, no son suficientes por sí solas para poner freno al peligro fascista. La estrategia del “arco constitucional o democrático”, es decir, el compromiso con el gobierno, estado y la policía, que alimentaron y protegieron sistemáticamente a los nazis, es un profundo error en el que ha caído SYRIZA. Además de ser una falsa ilusión, este pacto no sólo ata a la izquierda al carro de la legalidad burguesa y la neutraliza políticamente, transformándola en la cola de la derecha y la socialdemocracia, sino que en última instancia favorece a los propios nazis permitiendo que aparezcan como los únicos frente a todo el sistema político.

La fuerza electoral de Amanecer Dorado subraya lo apremiante de la intensificación de la acción antifascista. Por otra parte, los éxitos del movimiento antifascista no permitieron obtener a la amenaza neonazi mayores dimensiones. Amanecer Dorado fue obligado a una campaña preelectoral con lemas muy pulidos y referencias racistas relativamente limitadas. No estaba en situación de hacer masivas concentraciones ni de sacar batallones a la calle. Su agresividad, más allá de algunos incidentes contra ANTARSYA, fue también limitada.

Sin el gran movimiento antifascista desencadenado el pasado otoño es muy probable que los porcentajes de Amanecer Dorado fueran todavía superiores y eventualmente los nazis hubieran alcanzado sus principales objetivos electorales, que eran alcanzar las dos cifras en las elecciones europeas y pasar a la segunda vuelta en las elecciones municipales en Atenas. Al fascismo no se le hace frente ni con apelaciones desde el gobierno a la “justicia” ni con adulaciones a los votantes de Amanecer Dorado, que no pueden ser llamados por el desconocimiento de la naturaleza asesina de su organización. Se necesita un frente unitario de todas las organizaciones obreras y de la acción de todas las organizaciones de izquierda, amplias y combativas asambleas antifascistas en cada lugar de trabajo y barrio y una movilización de masas con una sistemática propaganda política en todos los niveles. La izquierda anticapitalista, que en muchas ocasiones mostró muy buenos reflejos, sin embargo sigue cargando con rigideces y subestima en cierta manera la tarea de la lucha antifascista. Es necesario protagonizar un nuevo ciclo de asambleas, campañas y manifestaciones, que tienen que retomarse de inmediato.

ANTARSYA y la izquierda anticapitalista

ANTARSYA dio la batalla de las elecciones desde una posición difícil. La primera razón era externa a ella: la tendencia de los trabajadores a votar el mal menor, SYRIZA, para hacer caer al gobierno, opción que atraía el voto no sólo en las elecciones europeas sino en las otras dos urnas. Pero la segunda razón era interna y tenía que ver con el mal ambiente y la división interna que predominaba en sus filas. Básicamente la ruptura que abrió nuestro proceso de concurrencia electoral, un debate de carácter estratégico, no se ha cerrado antes ni después de las elecciones.

Independientemente de todos los otros factores, ANTARSYA participó en solitario como fuerza soberana en las elecciones con un importante sector favorable a ello pero también con organizaciones enteras disconformes, algo que indudablemente no podía no tener consecuencias.

A esto habría que añadir el hecho de que en el período anterior ANTARSYA planteó de manera insuficiente y en muchas ocasiones erradamente el programa anticapitalista de transición que es necesario en las condiciones de la crisis. La aislada y repetida mención al tema de la UE y el euro, independientemente de la importancia política que tiene la oposición a estos mecanismos capitalistas e imperialistas internacionales, muy confusa programáticamente, se comprobó que no es atrayente.

La ausencia de consignas directas como el aumento de los salarios y la prohibición de los despidos por una parte, y de exigencias que colocan la cuestión del poder por otra, no se compensan con un mayor énfasis en la salida del euro y de la UE. El lema “el poder y la riqueza en manos de los trabajadores” entró sólo en el último cartel y después de las insistentes protestas de OKDE-Spartakos. El control obrero, nudo fundamental en campañas anteriores, esta vez se quedó en la sombra.

La izquierda anticapitalista no puede esperar un lema mágico que lleve a la gente a su lado. Pero por el contrario puede impulsar con claridad e insistencia todos los ejes del programa de transición y del proyecto revolucionario, principalmente en un período en el que la clase obrera busca respuestas conjuntas.

Sin embargo en las elecciones regionales, al igual que en bastantes municipios, las fuerzas de ANTARSYA, en colaboración en algunas ocasiones con otras organizaciones revolucionarias y anticapitalistas, tuvieron un resultado muy positivo: el 2,4% y aproximadamente 130.000 votos en las regionales (30.000 más que en 2010) es un claro indicio del reconocimiento estatal y el alcance que tiene una corriente anticapitalista por primera vez en Grecia. Parece que la clase obrera no guarda resentimiento alguno a ANTARSYA por no haber ido de la mano de SYRIZA en las elecciones de Junio de 2012. A pesar de la disgregación de fuerzas, la desgana de un sector de ANYARSYA a movilizarse y el retraso en el arranque de la campaña electoral, la experiencia ha sido positiva debido al contacto con los trabajadores, los desempleados y sectores populares y el diálogo político con ellos.

Comprobamos que la imagen que tienen amplios sectores de la clase obrera de ANTARSYA, como fuerza honestamente combativa, solidaria en las luchas de los trabajadores y antisistema, es positiva y el proyecto político revolucionario es mucho más conocido que en el pasado.

Por desgracia la batalla de las municipales, a pesar de que en algunas ocasiones traía los mejores resultados, no se llevó a cabo de forma unitaria. Cada organización sacaba su propia lista con personas que en algunos casos no tenían ninguna relación con ANTARSYA. El nombre de la organización se utilizó de manera unilateral y abusiva. En las ciudades de Giannina y en Patra los candidatos de ANTARSYA no sólo apoyaron sino que también entraron en papeletas rivales.

La lucha por el cabeza de lista, aparte de que tenía como consecuencia última el que la mayoría aplastante de los elegidos perteneciera a una organización concreta, derivó muchas veces en que la mitad de ANTARSYA no apoyaba en la práctica al candidato local. Pero lo más problemático de todo es que en muchas ocasiones compañeros y componentes de ANTARSYA participaron en las listas de SYRIZA (en Mitilene).

Sin embargo el resultado de las elecciones municipales, especialmente en la región del Ática, es positivo. Pero en las europeas ANTARSYA no pudo retener más que una pequeña cantidad del voto de las elecciones regionales, hecho que no se explica simplemente por la existencia de muchas más papeletas. Un 0,72% no es un buen resultado, a pesar de la mejoría en relación con las europeas anteriores y las de Junio de 2012.

Es un objetivo para la izquierda anticapitalista el cómo conseguir convencer a los militantes que están con ANTARSYA en las luchas que apoyen nuestro proyecto también en las elecciones, donde en gran medida optan por el “voto útil” a SYRIZA. La estabilización de la influencia política de ANTARSYA en todos los niveles es un problema real que no se ha solucionado. No obstante, el resultado no es tal como para poner en discusión el futuro y la utilidad de un frente independiente de la izquierda anticapitalista.

http://okde.org/keimena/okde_310514.pdf

Traducción de Tomás Martínez para Izquierda Anticapitalista

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